Teniendo en cuenta la inversión que se realiza cuando se adquiere un inmueble, uno de los aspectos que hay que plantearse es el objetivo de esta vivienda, ya que no es lo mismo comprar una vivienda nueva para vivir que para invertir, sobre todo, en lo que se refiere al tipo de vivienda y de comprador.

En Treshabitat te explicamos cuáles son las diferencias y los factores que influyen a la hora de tomar la decisión de vivir o invertir en una vivienda de obra nueva.

Cuando se adquiere una vivienda nueva para vivir pesa más el gusto y las necesidades del comprador en la toma de decisión, sin embargo, si se compra para invertir habrá que tener en cuenta la rentabilidad de la operación.

Vivienda de obra nueva para vivir

El perfil de comprador de ese tipo de inmuebles suelen ser parejas o familias jóvenes con hijos pequeños en busca de una vivienda mejor, normalmente más grande y que cuente con más servicios.

En este sentido, a la hora de elegir la vivienda, influye el presupuesto y las necesidades personales del comprador, que decide alejarse del centro de las ciudades para poder optar a viviendas más grandes y con mejores equipamientos.

Lo habitual es elegir pisos, junto con garaje y/o trastero, antes que un chalet y en ubicaciones que estén bien comunicadas con zonas comunes modernas, cerca de colegios y servicios principales.

Vivienda de obra nueva para invertir

El perfil de comprador de obra nueva para invertir tiene el principal objetivo de destinarlo al alquiler y suelen ser compradores con empleos estables y un alto poder adquisitivo.

En este caso, también suele ser el piso la opción más elegida, ya que es el tipo de inmueble que los españoles prefieren para vivir, teniendo en cuenta que estén ubicados en zonas con una gran demanda tanto residencial como turística.

En el caso de compra para revender posteriormente, hay que prestar especial atención a la ubicación y elegir un buen momento del mercado para poder rentabilizar la inversión.