
Estos dos tipos de alquiler suelen aparecer normalmente en las mentes de los propietarios que desean sacar el máximo provecho de su propiedad. No es un secreto que el alquiler turÃstico y residencial han cobrado mucha fama entre los pequeños y grandes inversores como un negocio rentable. Es bien sabido que, como con cualquier otra inversión, hay que saber elegir muy bien los pasos que daremos, es decir, tomar en cuenta las caracterÃsticas de la zona y de sus potencialidades, más allá del inmueble, para poder empezar a pensar si conviene más un tipo de alquiler u otro.
Para algunas personas, el alquiler turÃstico supone ciertos inconvenientes como lo son el servicio directo al cliente, que se constituye en entregar las llaves, en algunos casos, mostrar la casa y limpiarla al ser desocupada; todo esto es un trabajo que requiere una inversión de tiempo importante.
Por otro lado, una de las desventajas del alquiler tradicional o residencial es que los propietarios están expuestos a impagos durante más tiempo y pueden surgir situaciones en las que haya incluso que acudir a tribunales para solucionarlo.
Algunas asociaciones de Viviendas de Uso turÃstico tanto en Barcelona como en el PaÃs Vasco advierten que los ingresos que se obtienen a partir del alquiler tradicional suelen tener un tratamiento fiscal más ventajoso. Estos ingresos disfrutan de una deducción del 20% y tributan en una horquilla que va del 21% al 25%. Por otro lado, en el alquiler turÃstico no existen deducciones y todos los recursos los obtiene el contribuyente, por lo que deben pagar IRPF al tipo que le corresponda y este suele situarse en la banda alta del 35% al 40%. El volumen de facturación va a corresponder a la cantidad de dÃas en que la vivienda esté ocupada, al precio que se cobre por noche.